¿ Qué hacer ?
No siempre puedo recordar con claridad sus facciones.
Pero sà sus ojos, que cristalizaron en mis sueños
con el rocio de la primera mañana que desperté con su recuerdo.
Enjuga el llanto dijó el sol al ver mi almohada empapada en cristales de desamor.
Pensé que sacarÃa fuerzas de mi coraje
para desterrar aquella frustración y angustia.
Nada más lejos, acabo recordando su deinterés
y lloro más, pero no hay planta que regar.
Se pone ya el sol, la luna me cuidará.
La desesperanza mece la cuna de mi desolación.
Cuaderno de filosofía de un manatí.