Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2006

Exámenes y disgustos

Se abren las aulas, entran los alumnos sudorosos e impacientes al recinto que acogerá sus miedos y sus indecisiones durante las siguientes dos horas. El clima es tenso, la asignatura difícil, el exámen se espera aun más. Nervios, preguntas de ultima hora, toca-pelotas desmontándote en un segundo todo lo que habías estudiado y por lo que te apostarías el ojo con menos dioptrías; para que luego tú tuvieras razón. Se aproxima la hora, se acrecentan los nervios. Haces cosas que tenías planeadas hacer antes de morir, y que en cualquier otra situación jamás habrías hecho. Como ir a hablar con el pivón que va contigo a clase, un hola que haces por aquí, es suficiente para que muerto de la vergüenza te vuelvas a tu sitio, mientras oyes de fondo: pues nada, a hacer un exámen. Ya bueno, a veces no podemos pensar tan rápido. El profesor entra. La gente se sienta pero siguen hablando, siempre un cuchicheo infinito. Hasta que el profesor levanta la voz, y en vez de un "callaos" se oye un
Biblioteca Saludos cordiales desde la biblioteca, templo reconstruido de Onán. En el que a destajo y cualquier hora vamos generando nuevos conceptos sobre la lujuria y el sucio pecado de la envidia. En cualquier caso, y únicamente debido a estas practicas de dudosa ortodoxia católica, vamos a arder en el infierno cual putillas en celo. Sin embargo, algo de provecho hemos sacado elaborando las más esperpénticas teorías sobre el sexo, ciertamente, fuerte. -Si el individuo A mira al individuo B, y este a su vez responde la mirada, es signo inequívoco que está deseoso de cumplimentar el fornicio duro. -Unos tacones resonando el el pasillo tiene mayor efécto adictivo que cualquier droga que jamás se haya probado o visto. -El teorema central del límite indica que uno siempre vuelve al centro, es decir, a como ha venido, sólo y sin cenar. Excepto en contados casos que lo llamaremos: perturbación aleatoria. Amen

Dos mundos

Para los que por aquella época no me conocieran o no me leyeran, yo empezé en esto de los blogs por mi bien amado amigo Pablo, con el que poco después de montar Sin Titulos monté un blog conjunto que se llamaba Somorra y Godoma. La cosa no fue más allá de 4 posts, con lo que pronto murió el sitio. Sin embargo, hemos decidido retomar el asunto y ha hacer micro posts cada uno, cuentos en versión Haiku. Así que os animo a que pongáis un ojo en ese blog, ya que aunque a mi me conocéis, estoy seguro de que Pablo os sorprenderá. Somorra y Godoma La última fila ( El blog de Pablo)
Fin Interrail Bueno, que dolor esto de parir un blog con un tema cerrado. En serio, esto de tener que contar lo del interrail se me hace un mundo, porque no tengo libertad creativa. Así pues, hoy le pego carpetazo. Como va siendo la línea habitual brófego, sin clase y ligeramente distorsionado. La cosa es que llegamos a Viena. No teníamos hostal. Bueno a finlandesa y yo no lo teníamos, el californiano sí. Así que le seguimos a ver si podíamos conseguir unas camas en la misma residencia. Nos dijeron que no, a no ser que hubiera cancelaciones. Las hubo, premio para el chavalote. El californiano estaba contentisimo por tener al pivón cerca. Así que fuimos para arriba, para abajo, nos decidimos separar porque queríamos un poco de soledad, para algo viajabamos solos. Esa noche estuvimos en el bar tomando algo, y nos quedamos los últimos el californiano y yo, y me comunicó claramente sus ganas de pinchar carne nórdica. Y cortesmente me preguntó si yo no tenía incoveniente, le dije que adela