Domingos por la tarde
Los domingos por la tarde tienen algo. Esa melancolÃa, ese echar de menos lo que aun casi puedes tocar. Duerme el final de la semana en una oscuridad sin jolgorio, en una tumba con luces de neón naranjas; estrellas naranjas que reposan sobre el suelo, agotadas por la semana y por la idea de volver a empezar al dÃa siguiente.
Los domingos tienen ese aire nostalgico sin demasiado sentido; volverán pronto los amigos, las bromas, las "amigas", las miradas furtivas, los deseos de robar besos,... pero aun asà los echamos de menos.
¿ Por qué buscamos los Domingos la compañÃa? ¡Qué miedo a estar solos! La tele, el ordenador, un libro, un café, una guitarra y pocas ganas de tocar, un sofá y sin estar cansado no querer levantarse, un cd sonando ( me sumerjo en mi alma, cierro los ojos y floto entre sensaciones y recuerdos ),... un sms de "socorro", una perdida de "acuerdate de mi",... sigue sonando el cd ( me va a estallar el pecho). Silencio.
Una ventana por la que mirar. Las estrellas siguen ahi, flotando en el mar negro de la ciudad; los arboles se zarandean con la brisa, pero solo se ven sus sombras; como una estrella pérdida un avión surca el cielo, ¿ dónde irá?, yo quiero ir, donde sea, da igual.
Tengo hambre. Cocina. Nevera. No hay nada. Armario. ¿ Galletas ?. Mismo, da igual. Vuelvo a la habitación. Me muero comiendo el techo. Otro CD. Busco las canciones más lentas del CD, la más melancólica ( bendito Sabina, tan joven y tan viejo; ¿ yo soy tan viejo y tan joven?). Busco un espejo en el cielo de mi cuarto. Las formas se mezclan, y los colores desaparecen.
Y aparece ella, ella efÃmera, una cara caprichosa en mi cabeza, 2 horas para colgarme, 2 dÃas para olvidarme, y una cicatriz más. Todos los clavos dejan la marca aunque se quiten. Es tan dulce el recuerdo de quien no conoces, tan dulce y tan fresco... "like a rolling stone"
Los domingos por la tarde tienen algo. Esa melancolÃa, ese echar de menos lo que aun casi puedes tocar. Duerme el final de la semana en una oscuridad sin jolgorio, en una tumba con luces de neón naranjas; estrellas naranjas que reposan sobre el suelo, agotadas por la semana y por la idea de volver a empezar al dÃa siguiente.
Los domingos tienen ese aire nostalgico sin demasiado sentido; volverán pronto los amigos, las bromas, las "amigas", las miradas furtivas, los deseos de robar besos,... pero aun asà los echamos de menos.
¿ Por qué buscamos los Domingos la compañÃa? ¡Qué miedo a estar solos! La tele, el ordenador, un libro, un café, una guitarra y pocas ganas de tocar, un sofá y sin estar cansado no querer levantarse, un cd sonando ( me sumerjo en mi alma, cierro los ojos y floto entre sensaciones y recuerdos ),... un sms de "socorro", una perdida de "acuerdate de mi",... sigue sonando el cd ( me va a estallar el pecho). Silencio.
Una ventana por la que mirar. Las estrellas siguen ahi, flotando en el mar negro de la ciudad; los arboles se zarandean con la brisa, pero solo se ven sus sombras; como una estrella pérdida un avión surca el cielo, ¿ dónde irá?, yo quiero ir, donde sea, da igual.
Tengo hambre. Cocina. Nevera. No hay nada. Armario. ¿ Galletas ?. Mismo, da igual. Vuelvo a la habitación. Me muero comiendo el techo. Otro CD. Busco las canciones más lentas del CD, la más melancólica ( bendito Sabina, tan joven y tan viejo; ¿ yo soy tan viejo y tan joven?). Busco un espejo en el cielo de mi cuarto. Las formas se mezclan, y los colores desaparecen.
Y aparece ella, ella efÃmera, una cara caprichosa en mi cabeza, 2 horas para colgarme, 2 dÃas para olvidarme, y una cicatriz más. Todos los clavos dejan la marca aunque se quiten. Es tan dulce el recuerdo de quien no conoces, tan dulce y tan fresco... "like a rolling stone"
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