Praga
La siguiente secuencia de mi Odisea personal se centraba en un país ligeramente más desarrollado. Lo que no evitó que un servidor tuviera un par de percances, sin importancia. Tranquilos queridos lectores, nadie sufrió daños durante el rodaje de este blog.
El primer asunto fue que me costó unos 5 minutos de pseudo-conversación con la cajera para conseguir la información necesaria sobre los horarios de tren. La conversación en inglés fue la siguiente:
- Por favor, ¿el siguiente tren hacia Praga?.
- Para cúando.
- Para hoy, ahora, ya.
-¿Mañana?
-No, ahora, el siguiente a las 12 o por ahi ( eran las 11 y media).
- Sí, hay uno a las doce.
-Sí, ¿pues me da uno de esos?
-Sí, claro.
-Voy con el interrail, ¿tengo que pagar algún extra?
-No.
Se acaba la conversación, vuestro querido viajero se sube al tren. Me encuentro a un tío muy majo de Sevilla, conversación agradable. Él se baja en Eslovaquia. Sigo mi camino, pasa el revisor, conversación con el susodicho, empieza él:
- Este es un tren expreso (¿ quién lo diría de esta cafetera a pilas?)
- Ah... interesante.
- Tienes que pagar un extra ( mierda mierda mierda, zorra... lo sabía...)
- Vaya, pues nada, tome.
- Si lo hubieses pagado en taquilla hubiese sido la mitad el suplemento ( ZOOOORRAAAAA...)
- Ya bueno es lo que tiene, el milagro de la comunicación.
Bueno sigo el viaje, tenía que bajar en Osdrava ( no me acuerdo del nombre), así que llegamos a una estación que pone Osdrava. Me bajo. Voy al cartel con los trenes que pasan. Problema al canto, esto es Osdrava Kafelnikov (por ejemplo) y yo tenía que bajarme en Osdrava Molotov. Pasaba un tren hacia Praga pero pasaba ... hacía 10 minutos. Subo a las taquillas, comento mi problema. Me dan otro billete. Bajo, reflexiono. El tren que iba a coger pasaba por la siguiente estación también. Así que todos los trenes pasaban por las dos. Mi tren había ido con retraso. Kike, acaba de perder el tren que tenía que cojer por haber subido a las taquillas. Dos horas de espera, y un sentimiento de "soy el tío más lerdo de la galaxia ( entiendase la vía lactea, no conozco más allá)". En fin, esperé, llegue tarde. Allí me esperaba Fede. Más aventuras en Praga
La siguiente secuencia de mi Odisea personal se centraba en un país ligeramente más desarrollado. Lo que no evitó que un servidor tuviera un par de percances, sin importancia. Tranquilos queridos lectores, nadie sufrió daños durante el rodaje de este blog.
El primer asunto fue que me costó unos 5 minutos de pseudo-conversación con la cajera para conseguir la información necesaria sobre los horarios de tren. La conversación en inglés fue la siguiente:
- Por favor, ¿el siguiente tren hacia Praga?.
- Para cúando.
- Para hoy, ahora, ya.
-¿Mañana?
-No, ahora, el siguiente a las 12 o por ahi ( eran las 11 y media).
- Sí, hay uno a las doce.
-Sí, ¿pues me da uno de esos?
-Sí, claro.
-Voy con el interrail, ¿tengo que pagar algún extra?
-No.
Se acaba la conversación, vuestro querido viajero se sube al tren. Me encuentro a un tío muy majo de Sevilla, conversación agradable. Él se baja en Eslovaquia. Sigo mi camino, pasa el revisor, conversación con el susodicho, empieza él:
- Este es un tren expreso (¿ quién lo diría de esta cafetera a pilas?)
- Ah... interesante.
- Tienes que pagar un extra ( mierda mierda mierda, zorra... lo sabía...)
- Vaya, pues nada, tome.
- Si lo hubieses pagado en taquilla hubiese sido la mitad el suplemento ( ZOOOORRAAAAA...)
- Ya bueno es lo que tiene, el milagro de la comunicación.
Bueno sigo el viaje, tenía que bajar en Osdrava ( no me acuerdo del nombre), así que llegamos a una estación que pone Osdrava. Me bajo. Voy al cartel con los trenes que pasan. Problema al canto, esto es Osdrava Kafelnikov (por ejemplo) y yo tenía que bajarme en Osdrava Molotov. Pasaba un tren hacia Praga pero pasaba ... hacía 10 minutos. Subo a las taquillas, comento mi problema. Me dan otro billete. Bajo, reflexiono. El tren que iba a coger pasaba por la siguiente estación también. Así que todos los trenes pasaban por las dos. Mi tren había ido con retraso. Kike, acaba de perder el tren que tenía que cojer por haber subido a las taquillas. Dos horas de espera, y un sentimiento de "soy el tío más lerdo de la galaxia ( entiendase la vía lactea, no conozco más allá)". En fin, esperé, llegue tarde. Allí me esperaba Fede. Más aventuras en Praga
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