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Exámenes y disgustos

Se abren las aulas, entran los alumnos sudorosos e impacientes al recinto que acogerá sus miedos y sus indecisiones durante las siguientes dos horas. El clima es tenso, la asignatura difícil, el exámen se espera aun más. Nervios, preguntas de ultima hora, toca-pelotas desmontándote en un segundo todo lo que habías estudiado y por lo que te apostarías el ojo con menos dioptrías; para que luego tú tuvieras razón.
Se aproxima la hora, se acrecentan los nervios. Haces cosas que tenías planeadas hacer antes de morir, y que en cualquier otra situación jamás habrías hecho. Como ir a hablar con el pivón que va contigo a clase, un hola que haces por aquí, es suficiente para que muerto de la vergüenza te vuelvas a tu sitio, mientras oyes de fondo: pues nada, a hacer un exámen. Ya bueno, a veces no podemos pensar tan rápido.
El profesor entra. La gente se sienta pero siguen hablando, siempre un cuchicheo infinito. Hasta que el profesor levanta la voz, y en vez de un "callaos" se oye un "el exámen ha sido robado". La gente empieza a, lo que comunmente se conoce como, descojonarse. Hasta que acaba la frase, "el exámen es dictado". En el lapso de 5 segundos se van apagando las risas, dependiendo de la agilidad mental de cada alumno. A ver, un exámen que consta en el análisis de tablas que son generadas por ordenador,... ¿las va a dictar?. La frase cae como un trozo de plomo informe "son preguntas teóricas".
Ole, ole y ole. 5 demostraciones matemáticas para que los alumnos gozen y se regocijen en su suerte. Si en ese momento hubiese dicho uno: "he sido yo", moría a palos. Es lo que tiene.
Feliz navidad.

Comentarios

sulaco ha dicho que…
estas cosas pasan. Imagina el disgusto de los que montaron todo el operativo.
Quique ha dicho que…
pss... les han reventado una puerta... tampoco es para tanto. Que alarmismos.

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