Cuando unos ojos tienen más profundidad que una palabra
Como una sombra blanca- si pudieran ser blancas- se me acerca y me saluda. Sus ojos llevan detrás la profundidad de un océano que no conozco. Verde profundo, tanto que da vertigo, solo ella sabe que se ve a través del agua de su mar de dudas.
Pero no le gusta mirarse con los ojos, se mira hacia abajo. Aun no sabe que es lo que tiene entre sus manos. Maneja un cuerpo que aun no sabe que es suyo.
Como una flor que quiere ser acariciada, se deja querer. Y con un blanco intensÃsimo te ciega al mirarla. Dan ganas de abrazarle si no fuera porque aunque blanca sigue siendo una rosa, llena de espinas. Y no tengo miedo de pincharme, tengo miedo de quitarle sus espinas que le protegen.
Yo solo la miro. Me reconforta mirarla, desprende vida y energÃa, ella se cree que yo no le miro porque no me muevo. Pero yo estoy sentado a su lado, solo estando. Tiene ganas de explotar, la sangre se le rebela, le quema por dentro. Quiere saltar y aun no sabe volar, yo la riego un poquito y las gotas reflejan el sol intenso que le da el color tan precioso que tinta su piel.
Como una sombra blanca- si pudieran ser blancas- se me acerca y me saluda. Sus ojos llevan detrás la profundidad de un océano que no conozco. Verde profundo, tanto que da vertigo, solo ella sabe que se ve a través del agua de su mar de dudas.
Pero no le gusta mirarse con los ojos, se mira hacia abajo. Aun no sabe que es lo que tiene entre sus manos. Maneja un cuerpo que aun no sabe que es suyo.
Como una flor que quiere ser acariciada, se deja querer. Y con un blanco intensÃsimo te ciega al mirarla. Dan ganas de abrazarle si no fuera porque aunque blanca sigue siendo una rosa, llena de espinas. Y no tengo miedo de pincharme, tengo miedo de quitarle sus espinas que le protegen.
Yo solo la miro. Me reconforta mirarla, desprende vida y energÃa, ella se cree que yo no le miro porque no me muevo. Pero yo estoy sentado a su lado, solo estando. Tiene ganas de explotar, la sangre se le rebela, le quema por dentro. Quiere saltar y aun no sabe volar, yo la riego un poquito y las gotas reflejan el sol intenso que le da el color tan precioso que tinta su piel.
Comentarios