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Krakovia

Dejamos el tema en que me dejo a una novia en Varsovia y un escozor en Berín con la fini. Así que pongo rumbo a Krakovia. La estación también es del estilo tercermundista tardío, y la impresión al llegar fue un poco de "aquí me van a quitar hasta los calzoncillos", pero conforme sales de la estación todo se hace más normal. Yo creo que es una política polaca para acojonar al turista nada más baja del tren.
Total, que toca el pateo que viene siendo típico para recorrer el trayecto "estación-hostal". Llegó, un sitio mono, pequeño, y sin mucha gente. En fin, que me voy a dar una vuelta. Antes le pregunto a la chica que está en la recepción del hostal, que dónde ir y todo ese rollo, que tan bien estoy aprendiendo a soltar en este viaje. Allá me voy a ver las cosas típicas de la zona. Que si el castillo, que si el centro, que si el mercado. Pum, todo visto... genial... esto de ir tan rápido hace que te fundas las ciudades en un momento. Así que sigo mi paseo intentando buscar calles por las que no he pasado. Como va a ser la tónica en mi viaje, aparecen las casualidades. Le envio un mensaje a la finlandesa, en plan de qué tal le va su viaje. Me contesta que está en Krakovia, total que quedamos a tomar algo. Nada, a dar una vuelta por lo que yo ya había visto. Y luego un rato en un parque escribiendo cada uno sus delirios, yo me las daba de escritor, y ella idem. Lo de siempre, conversaciones que no llevan a ninguna parte. Vamos, lo que comunmente llamamos, marear la perdiz. Al final nos vamos, le acompaño a su hostal, me dice que esta noche saldrá que si eso me llama. La muy guarra, no llama. Y además habíamos quedado para el día siguiente, para dar una vuelta y tal. Al día siguiente no llama, y me casco otra vuelta por la ciudad. De la que ya me conozco cada palmo. Más casualidades, me encuentro con un grupo de madrileños que conocí en Berlín. Paso la tarde con ellos, genial. Y al día siguiente decido irme a Auswicht. Por la noche hacemos grupillo en la habitación de mi hostal. Hablo con las chicas,... yo siempre pensando en lo mismo. Al final una tia superrara alemana, medio me tira los trastos pero se va a dormir, me da su teléfono. Y yo pensando: ¡ pero si yo quiero pinchar ahora! . Pero bueno, conozco a dos tipos, cada cual más raro que al día siguiente iban a ir a Auswicht.
Al día siguiente, nos encaminamos a la estación de buses. Menudos buses, peores que los trenes. Destartalados, asfixiantes, en fin. Se me coloca al lado una pavita, americana. Y yo, que con el viaje se me estan iendo las vergüenzas, empiezo a darle palique. Así que nada, nos bajamos del bus, voy con la chica esta y una amiga suya, y con los dos freaks estos. Los freaks dicen que no pagan por el tour, y yo: yo he venido para el tour, hacer lo que queráis. Las chicas dicen, nosotras hemos pillado entradas para el tour. Kike dice a los chicos, nos vemos en la residencia.
Podréis pensar que hay que ser un desgraciado para estar de tira-trastos en Auswitch, pero vamos yo hice una doble perspectiva. Conocí a su amiga, que en el fondo era mucho más simpática, y yo creo que me la camelé, pero faltó rematar. Y como todos estáis pensando me volví a casa como siempre, solo y sin cenar.

Comentarios

sulaco ha dicho que…
Pobrecito. Un abrazo y valor, eh.
No has contado nada del campo de concentración. Ya que no mojaste, por lo menos danos una descripción detallada del tour.
Quique ha dicho que…
Na way, desolador, impresionantemente grande. Además, a ti ya te lo conté, y creía que solo os interesaba la carnaza de mi viaje.
Anónimo ha dicho que…
oye, por que no pones una foto tuya? Es que no entiendo cómo metiendo bonos de esa forma no mojas ni a tiros. Igual es que eres superfeo

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