Ir al contenido principal
Retro-nostalgia

He acabado exámenes y ya estoy costipado. La naturaleza se ensaña conmigo. Bueno debido a este malestar me pasé ayer y antes de ayer ( y hoy pero menos) viendo la tele, concretamente la Mtv, 40tv, VH1,... De este exhaustivo estudio he sacado dos conclusiones. La primera es que Britney Spears esta tremenda, sí, lo admito públicamente; es una cosa,... y parece que el fenómeno se extiende: Beyoncé, Christina Aguilera ( mejora notable con sus visibles operaciones, pero la cara no sé que se ha hecho que parece algo raro, antes era más guapa). Pero bueno esta conclusión más bien aporta poco a la mayoria de incondicionales lectores, que acuden aquí a sangrarme en el tag más que a leerme, pero en fin, no me quejaré que para eso ya tenemos al señor Rajoy ( que se queja de todo y no pone soluciones a nada).

La segunda conclusión que saque es que tengo una retro-nostalgia, estuve viendo videoclips de los 80-90. Eso si que era una época musical y no lo que hay ahora. Esos sintetizadores innovadores, esas guitarras sucias,... mmmm.... además estaba el coche fantástico, el equipo A. Era una época en la que llevar un chandal de tergal y un cordón de oro era signo de elegancia y no de garrulería. Esos pelos cardados a lo David Hasselhoff ( ¿se escribe así? ), esas chupas de cuero. Esas peliculas con unos brillos que hacen que sepas de que época son al primer fotograma. Michel J. Fox de joven, Regreso al futuro, cuando Kim Basinger era una diosa para todos nuestros pequeños cerebros hormonados. Era otra época, más divertida, con menos miedo generalizado. No habia bakalas, los tios mas malotes que te podías encontrar eran heavos o punkos, ... En fin que qué pena de época, hemos pasado a una decada que es bastante deprimente... en fin a ver si aun la arreglamos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sería el crujido de los neumáticos, o quizá la noche, más que la noche la imposibilidad de que fuera cualquier otro momento del día excepto la noche. El abrupto deslizarse del automóvil por aquel camino sin asfaltar, atravesando el polvo en suspensión y moviéndonos a espaldas de las casas que tenían ventanas apagadas de gente durmiendo. Esa gente que se dormía a las once para trabajar al día siguiente, esa gente que encontraba su realización en la jornada de ocho horas y una familia que apagaba su vida al encender la tele. Nos sentíamos guardianes de sus sueños, Morpheos, viviendo lo que ellos sólo anhelaban inconscientemente porque habían dejado de anhelar al tiempo que aprendieron a callar. Colándonos por las rendijas de sus contraventanas para desnudar su lívido, para crispar su aceptación muda de la realidad. Nosotros que mirábamos esas ventanas mientras nos comíamos a besos y nos desnudábamos del todo, anhelando el siguiente beso y el siguiente gemido. Nosotros que eramos los rey...
Aquel lugar olía como un camión abandonado, o al menos eso era lo primero que se le venía a la cabeza al pensar en ese olor a húmedad, a cerrado, humo de tabaco, a sudor y a alguna otra cosa imposible de descubrir. Aunque le repgunaba el lugar no podía dejar de sentir esa suave atracción por ella cada vez que se agachaba y dejaba entrever lo que ocultaba su blusa. Lo había hecho ya varias veces, y cada vez, le daba más la sensación que lo hacía a propósito. Y no porque él le gustara, si no porque ella quería gustar. Era algo parecido a un tanteo de fuerzas, un " a ver hasta donde llego". La música seguía sonando, estallando contra las paredes que temblaban a cada beat . Era un sitio pequeño, oscuro y ruidoso. Pero aun así lograba concentrarse sólo en el pecho que ella movía desde sus hombros, y no en su cara que se perdía en una lluvia de luces multicolor que deslumbraban intermitentemente, y no permitían ver nada con claridad. Él se acerco. - Te invito a tomar un café - No -...
Insomnio devengado de los días que llegarán, que serán inmediatos a mi partida. Que serán los portales de mi viaje al otro lado del océano. Del viaje que no es viaje, si no emigración, porque lo dicen las autoridades, porque lo dice el visado, porque pone Residente Temporal en Chile. Porque me muero de miedo. Porque no sé qué voy a encontrar, pero como siempre tengo la dulce sensación narcótica de que allá encontraré a mi ideal de mujer etérea e ilustrada; como si no hubiese aprendido aun que es mentira. Miedo, también, porque no sé qué voy a hacer con mis días, si podré ayudar, si daré la talla, si no me vendré abajo. Se anda cancerando el alma de vacío, ya sin sentimientos, ni ganas de escribir, ni ganas de nada. Sólo un miedo, que ni siquiera es miedo, que es tensión y desconocimiento. Pero nada más. ¿Irá con los años?