Ya estamos cerca de nuestro concierto, viernes, unos pocos dÃas y ahà estaremos muertos de miedo, mirando a nuestros amigos vociferar y a nuestros familiares en el fondo de la sala intentando pasar desapercibidos. Nuestra inexperiencia nos hará alguna jugada, algún patinaje ( artÃstico claro). Una buena muestra de ello, ha sido hoy en el "technical meeting", en el que hemos ido a hacer unos "raiders" ( solo Lord Byron sabe como se escribe esta palabra). Nos hacian preguntas sobre nuestros instrumentos, que más que preguntas inocentes, nos sonaban a preguntas pretenciosas, como a ver si fallabamos en algo. -¿Doble bombo? -No -¿Canta el bateria? -Mmm.. no? - ¿Caja china?- eh...mm... ponme no sé... ¿dos? -Bajo ¿activo o pasivo? - No sé, yo le doy con ganas, pero supongo que todo depende - Tiene pila? - No, es pasivo... ( en el fondo algo me sonaba )... y cosas asÃ. Vale la cosa no ha sido tan asÃ, más o menos sabiamos lo que queriamos, pero se nos ha cruzado por la cabeza estas tonterias. Lo que si es verÃdico es que un chico a empezado a decir que su bateria tenia: dos crash, dos splash, dos raids, un crash raid, una caja chinca, y una caja sorda ( o algo asÃ). Yo me he quedado mirando a Javi, nuestro bateria, como... que dice este? Existen tantas cosas, nosotros con dos platos somo la mar de felices. Nosotros en nuestra sagrada ignorancia, nos hemos retirado a nuestro antro en donde hemos practicado los ya clásicos temas que tocaremos el viernes. New Punk Youth.
Sería el crujido de los neumáticos, o quizá la noche, más que la noche la imposibilidad de que fuera cualquier otro momento del día excepto la noche. El abrupto deslizarse del automóvil por aquel camino sin asfaltar, atravesando el polvo en suspensión y moviéndonos a espaldas de las casas que tenían ventanas apagadas de gente durmiendo. Esa gente que se dormía a las once para trabajar al día siguiente, esa gente que encontraba su realización en la jornada de ocho horas y una familia que apagaba su vida al encender la tele. Nos sentíamos guardianes de sus sueños, Morpheos, viviendo lo que ellos sólo anhelaban inconscientemente porque habían dejado de anhelar al tiempo que aprendieron a callar. Colándonos por las rendijas de sus contraventanas para desnudar su lívido, para crispar su aceptación muda de la realidad. Nosotros que mirábamos esas ventanas mientras nos comíamos a besos y nos desnudábamos del todo, anhelando el siguiente beso y el siguiente gemido. Nosotros que eramos los rey
Comentarios