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Mal vamos...

Finalmente palmó Rainiero. Esto sigue camino de nuestras primeras cábalas, recordad que Sin Titulos os trajo en primicia el inicio del Apocalipsis. Ana Obregón parece que no casca, ni Fraga tampoco. A modo de profecía extravagante podemos añadir que ultimamente he tenido aproximadamente 100 entradas de gente que venía buscando en el google http://rsta.pucmm.edu.do/biblioteca/pinacoteca/romanticismo
/imagenes/la%2520libertad%25, es una imagen que puse un post, no recuerdo a santo de qué. Pero no sé porque, cuando el post tiene meses y meses, en el último mes han llovido visitas de gente que venía a admirar el cuadro. Que... vamos, yo lo tengo linkeado de su página original, es mucho más fácil y fiable verlo desde la original. No sé, si dicho cuadro tendrá algo que ver. Quizá sea la figura de la libertad de este cuadro de Delacroix, la que nos guíe en nuestro camino desde la Tierra a dónde quiera que se nos lleve tras el fin del mundo. El infierno ( me encantaría, para con esos beatorros, una vida llena de privaciones sin sentido, para luego arder en el infierno con el resto de pecadores; que si mal no recuerdo Jesús decía que prefería los pecadores, de ellos es la compasión de Dios), o quizá vamos todos al cielo ( idem comenatario, con los beatorros), o quizá vuelve todo a empezar como en Matrix. Lo que no me convence es la tormenta de fuego y azufre sobre los pecadores, a lo Sodoma y Gomorra. Aunque bien pensado, ya que vamos a morir, hagámoslo a lo grande, con fuegos artificiales y explosiones. Yo creo que con las pocas luces de los habitantes del mundo en nuestra época, saldrían de fiesta, creyendo que es una Rave. Lo cual no es una mala idea.
Seguiremos investigando este acercamiento al fin del mundo.

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Sería el crujido de los neumáticos, o quizá la noche, más que la noche la imposibilidad de que fuera cualquier otro momento del día excepto la noche. El abrupto deslizarse del automóvil por aquel camino sin asfaltar, atravesando el polvo en suspensión y moviéndonos a espaldas de las casas que tenían ventanas apagadas de gente durmiendo. Esa gente que se dormía a las once para trabajar al día siguiente, esa gente que encontraba su realización en la jornada de ocho horas y una familia que apagaba su vida al encender la tele. Nos sentíamos guardianes de sus sueños, Morpheos, viviendo lo que ellos sólo anhelaban inconscientemente porque habían dejado de anhelar al tiempo que aprendieron a callar. Colándonos por las rendijas de sus contraventanas para desnudar su lívido, para crispar su aceptación muda de la realidad. Nosotros que mirábamos esas ventanas mientras nos comíamos a besos y nos desnudábamos del todo, anhelando el siguiente beso y el siguiente gemido. Nosotros que eramos los rey
Aquel lugar olía como un camión abandonado, o al menos eso era lo primero que se le venía a la cabeza al pensar en ese olor a húmedad, a cerrado, humo de tabaco, a sudor y a alguna otra cosa imposible de descubrir. Aunque le repgunaba el lugar no podía dejar de sentir esa suave atracción por ella cada vez que se agachaba y dejaba entrever lo que ocultaba su blusa. Lo había hecho ya varias veces, y cada vez, le daba más la sensación que lo hacía a propósito. Y no porque él le gustara, si no porque ella quería gustar. Era algo parecido a un tanteo de fuerzas, un " a ver hasta donde llego". La música seguía sonando, estallando contra las paredes que temblaban a cada beat . Era un sitio pequeño, oscuro y ruidoso. Pero aun así lograba concentrarse sólo en el pecho que ella movía desde sus hombros, y no en su cara que se perdía en una lluvia de luces multicolor que deslumbraban intermitentemente, y no permitían ver nada con claridad. Él se acerco. - Te invito a tomar un café - No -
A veces me gustaría escribir como Pau , joder qué fluidez, yo que me atranco con los reniegos pseudorománticos que no llevan a ninguna parte. Tengo que desarrollar más aptitudes literarias. Pero no sé de qué escribir. Estoy muy ilusionado con lo que estoy viendo aquí, tengo proyectos ideas y un montón de cosas que voy a disfrutar. Pero no me apetece hablar de eso. Sinceramente, creo que no podría. Siempre la misma referencia de amor y enamoramientos. Claro que hay, siempre acaba uno siguiendo alguna falda, aunque podría ser cualquier otra. Pero es esa porque te sonríe mucho o te roza de vez en cuando la mano. Y empieza la estúpida frustración de pensar que no le gustas. Que probablemente sea verdad, pero al fin y al cabo, todo va sobre convencer y conquistar. Con alguien discutía el otro día que si esperabas a que una chica viniera a decirte lo guapo que eres y lo muy enamorada que está de ti lo llevaba claro. No me canso de las faldas pero me canso de hablar de ellas. Me da miedo cans