Ir al contenido principal
Qué sensación más rara la de sentirte ajeno en tu casa. Bueno, la que es tu casa desde hace unas horas. Aun está fría, pero no hace tanto que vivía alguien aquí, quizá un par de horas más de las que llevo viviendo aquí. ¿ A partir de cuándo puedo decir que vivo aquí? No creo que sea la primera vez que cruzo la puerta para quedarme el momento del inicio de mi nueva vida. Más bien será en el momento en el que re-conozca los objetos que me rodean, dándoles una familiaridad que sólo tu casa te puede dar.
Por si fuera poco, las almohadas aun huelen a ella, huelen a su colonia, a su pelo, a cuando se giraba delante mío y salía de ella esa brizna de aire que acompañaba a su movimiento durante un segundo y que se quedaba impregnada de su olor. Y ahí quedaba, en las almohadas de mi cama, de su cama, de nuestra cama, pero que nunca fue de los dos a la vez.

Comentarios

Esther ha dicho que…
El otro día, miraba mi nueva habitación y pensaba en eso mismo. Después de varios cambios, creo que la notas tuya cuando tienes ganas de volver a casa después de un día de esos largos, y la casa que te imaginas es a la que vas a volver, sea nueva o no.
Quique ha dicho que…
cuéntame cómo es tu habitación!
Pau ha dicho que…
Houston, Houston, tenemos un problema!! aborten el despegue!! El piloto no diferencia su polla de los mandos de la nave y esto huele a ostia del quince!!!
Esther ha dicho que…
Vía comment? y... para qué? :D
Quique ha dicho que…
Pau, posí... y qué ? :)

Esther, via lo que quieras. Quiero ver tu habitación nueva
Esther ha dicho que…
Kike, cuando vuelvas te preparo un paseo turístico por ella si quieres, aunque te adelanto que no hay mucho que ver. Hay otras formas más cómodas para describirla mientras tanto, me das tu dirección de msn?
wildRoboto ha dicho que…
a veces te leo, y digo, jolín, cómo me gustaría parecerme...
Duermevela ha dicho que…
y yo que no entraba a esta página...



No sé bien por qué... Jo! el capricho a veces hace que pierdas de vista el norte, aunque éste de al Sur.



Duermevela

Entradas populares de este blog

Sería el crujido de los neumáticos, o quizá la noche, más que la noche la imposibilidad de que fuera cualquier otro momento del día excepto la noche. El abrupto deslizarse del automóvil por aquel camino sin asfaltar, atravesando el polvo en suspensión y moviéndonos a espaldas de las casas que tenían ventanas apagadas de gente durmiendo. Esa gente que se dormía a las once para trabajar al día siguiente, esa gente que encontraba su realización en la jornada de ocho horas y una familia que apagaba su vida al encender la tele. Nos sentíamos guardianes de sus sueños, Morpheos, viviendo lo que ellos sólo anhelaban inconscientemente porque habían dejado de anhelar al tiempo que aprendieron a callar. Colándonos por las rendijas de sus contraventanas para desnudar su lívido, para crispar su aceptación muda de la realidad. Nosotros que mirábamos esas ventanas mientras nos comíamos a besos y nos desnudábamos del todo, anhelando el siguiente beso y el siguiente gemido. Nosotros que eramos los rey
Aquel lugar olía como un camión abandonado, o al menos eso era lo primero que se le venía a la cabeza al pensar en ese olor a húmedad, a cerrado, humo de tabaco, a sudor y a alguna otra cosa imposible de descubrir. Aunque le repgunaba el lugar no podía dejar de sentir esa suave atracción por ella cada vez que se agachaba y dejaba entrever lo que ocultaba su blusa. Lo había hecho ya varias veces, y cada vez, le daba más la sensación que lo hacía a propósito. Y no porque él le gustara, si no porque ella quería gustar. Era algo parecido a un tanteo de fuerzas, un " a ver hasta donde llego". La música seguía sonando, estallando contra las paredes que temblaban a cada beat . Era un sitio pequeño, oscuro y ruidoso. Pero aun así lograba concentrarse sólo en el pecho que ella movía desde sus hombros, y no en su cara que se perdía en una lluvia de luces multicolor que deslumbraban intermitentemente, y no permitían ver nada con claridad. Él se acerco. - Te invito a tomar un café - No -
El retorno del "lledai". Cierto es que he vuelto a España. Un par de comentarios, en el post anterior, hechos en los últimos días me han recordado que tengo un blog ( varios, pero dejémonos de vanidades ); así que me dispongo a retomar esta tragicomedia que es el relato, sesgado, de mi vida. Es comprensible que para recomenzar tome como punto de inicio mi vuelta a España, sé que muchos estás impacientes de que relate con extremo detalle las aventuras más sucias que me hayan ocurrido por mis viajes europeos. No obstante, éstas os defraudarán ( me han defraudado incluso a mi) y las dejaré para siguientes posts. Mi regreso a la provincia carpetovetónica que figura en mi DNI, ha sido muy relajada. Me habían hablado mucho del síndrome post-erasmus, y todas sus malignas consecuencias, que van desde el apuntarse a una academia de español, para conocer más chiquitas extranjeras, al suicidio por inhalación de gas. Lo veo de un dramatismo exagerado, yo he vuelto y tanto mi cuerpo como