Desde que leí una noticia en el abc.es, tengo la corazonada de que los mejores agentes de inteligencia militar españoles están en suelo americano colaborando con el Pentágono, éstos son Mortadelo y Filemón. La noticia que aquí os refiero, comenta como el ejercito americano planeaba el desarrollo de nuevas armas químicas. Estos proyectos de armas, como una sustancia para generar halitosis en el ejercito enemigo, se recogen bajo una propuesta llamada "Productos químicos para el hostigamiento, irritación e identificación de los malos". Por ejemplo el arma de halitosis haría fácilmente identificable al enemigo en los poblados ya que la gente huiría de ellos. Otro gran ejemplo de esta devastadora tecnología sería la dispersión de una sustancia que atrajera a las abejas, y poner panales en las rutas de los enemigos, para que les picaran. También se pensó en otras sustancias para a atraer a otros animales.
Pero por si tanto dolor y sufrimiento entre las filas enemigas no fuera suficiente, y a modo de compensación, también se pretenden hacer sustancias altamente afrodisíacas que minen la concentración del enemigo. Obviamente correr por el bosque con unos apretados pantalones de tergal, mientras sufres una erección, es algo harto incomodo. Si hubiesen utilizado este producto en Irak, a la señorita Jessica Lynch, la soldado americana secuestrada y posteriormente liberada, se la habrían fornicado toda la guardia de Sadam.
Pero la reina de todas estas armas, mejor dicho la reinona, es la bomba gay. Una bomba con un producto químico que produciría comportamientos homosexuales entre los soldados. La situación podría ser muy desconcertante para los enemigos:
Soldado A: ¡Dame munición!
Soldado B: Vale, pero si me das un besito.
O también podría darse una orgía descomunal en el campamento base enemigo, bajo el lema de : "En tiempo de guerra todo agujero es trinchera"
Los enemigos, con el culo como la bandera de Japón, tendrían dificultades al día siguiente para responder con eficacia. Así pues la victoria americana está asegurada.
Esta propuesta se previó que costara alrededor de 7,4 millones de dólares, que bien los vale dado sus poderosos efectos.
A modo de conclusión y como aportación personal, sugiero bombardear a los enemigos con libros de caballería ( en su propia lengua) para que una vez leídos, sequen a sus lectores el cerebro, y que con lanza y adarga en mano se dediquen a encarar molinos.
Señores Mortadelo y Filemón, gran trabajo.
Comentarios
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Y yo luego a alcoholicos anonimos.
F.