La vuelta Aun no he acabado de limpiarme las babillas de los besos de bienvenida, cuando vuelvo a tener otra vez los pómulos cristalizados de fluidos salivales. Sí, es lo que tiene las visitas rápidas cuando uno está de erasmus. Que vaya, ni que me fuera a la guerra o no me volvieran a ver; es la tercera vez que me despido en lo que va de año, y la gente no parece cansarse. En fin no me quejo, he sido aprovisionado generosamente de pitanza y jolgorio durante una semana, y los excesos de abrazos y besos se ven compensados con platos de calamares a la romana y paellitas. Mañana inició otra pequeña odisea ( la tercera del año) con el mismo destino que siempre: Aarhus. Claro, yo desde que llegué estaba diciendo que yo lo que quería era volverme: que allí tengo mi casa, mi vida, mis amigos,... pero claro, hoy iba yo en manga corta a 27 grados por el centro de Valencia, y un relámpago me ha tirado de mi nube ( supongo que nuestro Señor ha elegido el relampago porque la zarza ardiendo ya no i...
Cuaderno de filosofía de un manatí.