Aquel lugar olía como un camión abandonado, o al menos eso era lo primero que se le venía a la cabeza al pensar en ese olor a húmedad, a cerrado, humo de tabaco, a sudor y a alguna otra cosa imposible de descubrir.
Aunque le repgunaba el lugar no podía dejar de sentir esa suave atracción por ella cada vez que se agachaba y dejaba entrever lo que ocultaba su blusa. Lo había hecho ya varias veces, y cada vez, le daba más la sensación que lo hacía a propósito. Y no porque él le gustara, si no porque ella quería gustar. Era algo parecido a un tanteo de fuerzas, un " a ver hasta donde llego".
La música seguía sonando, estallando contra las paredes que temblaban a cada beat. Era un sitio pequeño, oscuro y ruidoso. Pero aun así lograba concentrarse sólo en el pecho que ella movía desde sus hombros, y no en su cara que se perdía en una lluvia de luces multicolor que deslumbraban intermitentemente, y no permitían ver nada con claridad.
Él se acerco.
- Te invito a tomar un café
- No - contestó divertida mientras arqueaba ligeramente las cejas.
Algunos dicen que quien la sigue la persigue. Otros que hay que jugar a ignorar.
Probablemente sólo sean estupideces si se trata de un camión abandonado.
Aunque le repgunaba el lugar no podía dejar de sentir esa suave atracción por ella cada vez que se agachaba y dejaba entrever lo que ocultaba su blusa. Lo había hecho ya varias veces, y cada vez, le daba más la sensación que lo hacía a propósito. Y no porque él le gustara, si no porque ella quería gustar. Era algo parecido a un tanteo de fuerzas, un " a ver hasta donde llego".
La música seguía sonando, estallando contra las paredes que temblaban a cada beat. Era un sitio pequeño, oscuro y ruidoso. Pero aun así lograba concentrarse sólo en el pecho que ella movía desde sus hombros, y no en su cara que se perdía en una lluvia de luces multicolor que deslumbraban intermitentemente, y no permitían ver nada con claridad.
Él se acerco.
- Te invito a tomar un café
- No - contestó divertida mientras arqueaba ligeramente las cejas.
Algunos dicen que quien la sigue la persigue. Otros que hay que jugar a ignorar.
Probablemente sólo sean estupideces si se trata de un camión abandonado.
Comentarios
"Algo te identifica con el que se aleja de ti, y es la facultad común de volver: de ahí tu más grande pesadumbre."
Si no cedemos ante las pequeñas aventuras que nos plantea la vida, ¿cómo vivir con intensidad nuestros días? Esa ligera falta de seguridad sobre lo que hacemos que colorea la existencia.
¿Tú también cara al ordenador?
Lo de tirado en la cama no es nada cómodo, pero la mesa la está ocupando mi compañero, así que no hay más.
Escríbeme un mail con sigur ros de fondo :)
quiquebs arroba gmail punto com