Cuando te vas...
Cuando vayas siguiendo el atardecer acuérdate de mÃ, cuando te emociones al ver una gota caer sobre el suelo verde acuérdate de mÃ.
¿Seguirás los rayos rojos del sol del amanercer de mi ventana? Por lo menos dime que te acordarás de ellos. De que en algún lugar que aún desconoces también se estará poniendo el sol, o saliendo, o las estrellas cubrirán un cielo paralelo; y de que alguien también se estará emocionando escuchando alguna canción que le traiga recuerdos enquistados en la melodÃa.
De que se te echa de menos cuando aún no te has ido. Es más, que nunca te fuiste, porque nunca viniste, pero aún asà te echo de menos. Echo de menos tus abrazos, alguna lágrima, muchas sonrisas, ... y eso que jamás las he visto...
¿ Y qué haré cuando llueva? Ahora mirar a mi ventana solo me recuerda a ti. Y otra vez esa lluvia humedeciendo las hojas de los árboles, inundando el aire de un olor a melancolÃa,... Resonando en los tejados de las casas, adormeciéndome en tu recuerdo. Cuando tantas cosas llevan a la misma, solo te puedes dejar llevar; y dejándome llevar, apareces envuelta en un manto blanco suave en mis brazos, y yo te llevo a dormir, y te acuesto, y un beso en la frente es mi despedida para otro dÃa que acaba.
Cuando vayas siguiendo el atardecer acuérdate de mÃ, cuando te emociones al ver una gota caer sobre el suelo verde acuérdate de mÃ.
¿Seguirás los rayos rojos del sol del amanercer de mi ventana? Por lo menos dime que te acordarás de ellos. De que en algún lugar que aún desconoces también se estará poniendo el sol, o saliendo, o las estrellas cubrirán un cielo paralelo; y de que alguien también se estará emocionando escuchando alguna canción que le traiga recuerdos enquistados en la melodÃa.
De que se te echa de menos cuando aún no te has ido. Es más, que nunca te fuiste, porque nunca viniste, pero aún asà te echo de menos. Echo de menos tus abrazos, alguna lágrima, muchas sonrisas, ... y eso que jamás las he visto...
¿ Y qué haré cuando llueva? Ahora mirar a mi ventana solo me recuerda a ti. Y otra vez esa lluvia humedeciendo las hojas de los árboles, inundando el aire de un olor a melancolÃa,... Resonando en los tejados de las casas, adormeciéndome en tu recuerdo. Cuando tantas cosas llevan a la misma, solo te puedes dejar llevar; y dejándome llevar, apareces envuelta en un manto blanco suave en mis brazos, y yo te llevo a dormir, y te acuesto, y un beso en la frente es mi despedida para otro dÃa que acaba.

Comentarios